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Los hombres que no saben amar.

1ra. Parte

Muchos de mis amigos saben que soy muy fan de las peliculas de terror, de los monstruos y temas similares, así que, una noche me dispuse a buscar en mi celular algo para entretenerme antes de dormir y no sabrán lo que encontré.

En realidad no era lo que esperaba y el monstruo de esta historia era diferente de los que hay en los libros o la televisión, pero les puedo asegurar que si me causó miedo.

Esta historia comienza en el año 2018 y tiene como protagonista a una mujer joven, simpática, agradable y muy guapa, su nombre es Marcela Peña originaria de Monterrey, NL. Ella decide un día entrar a una app de citas porque estaba segura que ahí encontraría al hombre correcto y tambien el amor… En ese entonces ella tenía 23 años.

Ahí le llamó la atención un chico que aunque vivía lejos de su ciudad le resultó muy atractivo, pensó que era el hombre mas guapo que habia visto y como saben, de la vista nace el amor.

Después de platicar en diversas ocasiones y de realizar mutuamente varias videollamadas se hicieron novios.

El radicaba en la ciudad de Cancún, Q. Roo y gracias a su trabajo ella se podia permitir visitarlo una vez al mes. Iban a comer juntos y al cine, no importaba la actividad sino que la realizaran juntos en los pocos días que estaba ahí.

Así pasaron los días y a su regreso por las noches, mantenían largas conversaciones. Hasta que un día, aproximadamente a los dos meses de relación, él le propuso algo que le resultó muy loco por no decir incómodo. Le pidió que se tomara fotos atrevidas, con poca ropa y se las enviara para así sentirla cerca y no extrañarla tanto, ya que segun él “La carne es débil” y si ella no accedía para mantener viva la llama de la pasión, daba a entender que entonces él podría buscarse a otra.

Esto para ella fue difícil ya que nunca en sus anteriores relaciones le habían pedido algo similar así que, despues de tanta insistencia (además de mucha manipulación emocional) y a pesar de que su inconsciente le decía que no, ella accedió por miedo a que él la cambiara por otra.

La relación siguió avanzando… Ella se sentía muy enamorada, confiaba plenamente en él y la relación que habían construido, aunque al principio no le gustó lo de mandarle fotos después accedió también a la petición de  mandarle videos.

En esas circunstancias ella sentía que tenía que dar un extra a la relación y que aunque en ese momento no se sentia con la autoestima muy alta, pensaba que tenía que hacer lo necesario para que él no terminará la relación por no cumplir sus expectativas.

Asi continuaron la rutina de las visitas cada treinta días hasta el día en que él le comunicó que iría a Monterrey durante todo un mes para pasar más tiempo juntos.

Esto la puso muy feliz ya que tendrían más tiempo para verse y disfrutar el uno del otro sin tener que contar las horas para la pronta despedida.

Una vez que los dos estuvieron en la misma ciudad lo invitó a quedarse en su casa ya que contaba con un amplio lugar de tres pisos donde tenia sus oficinas de trabajo y su hogar que, aunque compartía en ese entonces con su madre aún así gozaba de mucha privacidad.

Ella continuo con su ritmo de trabajo y por las noches hacían planes, con el paso de los días empezó a notar ciertos comportamientos que desconocía en él, actitudes que le desagradaban por completo además de algunas “manías” que iban totalmente en contra de lo que ella consideraba correcto.

En resumen pudo comprender que la persona que tenía en frente no era para nada el hombre aquel que conocía y del que se había enamorado, era como si en este tiempo que convivían más mostrará su verdadero rostro.

También tenía la sospecha de que le ocultaba algo, era como si su sexto sentido le mandara alertas de que algo andaba mal.

Antes de que se cumplieran los 15 días de su llegada ella fue invitada a una reunión a la que él no quiso asistir por lo que acudió sola, se la estaba pasando muy bien pero decidió regresar antes de lo planeado.

Al llegar entró a la casa sin hacer mucho ruido, ya que en la planta baja su madre ya descansaba y ella tenía que subir hasta el tercero. Al cruzar la puerta de su piso, lo primero que vio fue a él recostado en el sofá de la sala completamente dormido, notó que tenía el celular en la mano y desbloqueado, se podía ver que había estado mirando instagram, ella pasó de largo hacia la recámara pero una voz interior le decía —¡Toma el celular!—

Ella rechazó esa idea, pero la voz seguía insistiendo—-¡Checa su celular! Le decía, así que se dio la vuelta pensando –El ha estado muy raro desde que llegó y quisiera saber el porqué.

Asi que tomó el celular con cuidado y comenzó a revisar lo que él había estado mirando, además de dar un vistazo a sus conversaciones.

Lo que descubrió la dejó sin aliento, al mismo tiempo que la rabia y una desilusión profunda se apoderaban de su interior, era algo que jamás había sentido y no sabía cómo manejarlo.

Con el celular todavía en la mano se inclinó para tomar un zapato del piso y se lo arrojó en el rostro despertandolo de inmediato; lo que pasó después ella no lo imaginaría nunca…

Continua en 2da parte

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