Contándote un poco de historia
Contándote un poco de Historia
El 8 de Diciembre, respetando una tradición que de la cual a decir verdad nunca me preocupé demasiado en conocer su origen, armamos el árbol navideño en familia, un acontecimiento que ha cambiado con el paso de los años, me refiero a que cuando era niña el 24 de diciembre era el Niño Dios el que llegaba y ahora es un señor grandulón, con barba blanca y una bolsa llena de regalos (en el mejor de los casos) que se hace llamar Papá Noel, y que llega exactamente a la hora 00.00.
De todas formas es un momento que disfruto con y por mis hijos, así como mi mamá lo hacía conmigo y yo con ella.
Aún recuerdo que ella lo preparaba y yo era la encargada de armarlo.
Como lo que abundaba en casa era pobreza (y me refiero a pobreza de dinero, porque sí sobraban muchas otras cosas, que creo no vienen al caso) lo colocábamos en una pequeña maceta, lo cual ya no me gustaba porque un pino debía tener patas, y así lo veía yo en las casas de los vecinos.
Al finalizar el armado terminaba en la parte superior de la heladera, puf la heladera estaba ubicada lejos de la ventana, y entonces eso ya me gustaba menos, nadie vería nuestro árbol.
Con el paso de los años, la vida y mis esfuerzos, porque uno es artífice de su futuro con cada una de sus acciones y decisiones, pude tener mi propia casa, con algunas comodidades que me permitieron adquirir un árbol de navidad un poco más grande al que la economía de mi casa materna nos tenía acostumbrados y fue entonces que el arbolito ¡tenía patas! y podía estar cerca de una ventana, visible hacia afuera y con sus luces destellantes.
Volviendo a nuestro árbol actual, este año nos dimos cuenta que las patas ya no lo sostenían demasiado y mi esposo propuso una maceta de sostén, jaja como crees, la historia se repetía!!!!!!
La Técnica
Más allá de este relato, tanto de joven como en la actualidad aplico unos pasos de armado, como queriendo que quede perfecto, aunque con el tiempo y dos niños efusivos me daría cuenta que esa no era una posibilidad. Ahí te van:
1. Separar ramas.
2. Probar luces, importante, no te olvides.
3. Colocar las luces en forma envolvente, moviéndote en círculo alrededor del pino.
4. Restaurar en caso de ser posible los adornos rotos, aunque la tradición dice que debemos poner alguno nuevo cada año.
5. Colocar los adornos, pesados debajo y los más pequeños arriba.
6. Las tiras también deben rodear el arbolito, en forma circular, esto en casa provoca algún que otro enredo y es ahí donde aplico toda mi serenidad porque la cosa se empieza a poner complicada.
7. Es el momento de la estrella superior…y se viene la parte sensible, donde mis hijos se pelean por tal privilegio.
8. Llegamos al final, y ya le damos vida prendiendo por fin las luces.
9. Por último, y no menos importante, llega la foto recordatoria del día. Eso no sucedió en la época en que lo hacíamos con mi madre, la cámara fotográfica existe solo en mi mente, como el más bello de los recuerdos.
Como conclusión de este lindo día te puedo contar que disfrutar y relajarse es algo aprendido.
Espero puedas tener la posibilidad de armar tu propio árbol, no como una tradición sino como un momento para ti y los tuyos.
Con cariño
Carolina San Pablo
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